“Jean Batiste Grenouille el talentoso personaje del bestseller de Patrick Suskind “El Perfume” fue el único capaz de descifrar el componente principal del aclamado perfume (Amor y Psique) que tenia agobiado a Giuseppe Baldini un prestigioso, pero recientemente arruinado perfumista Parisino. Grenouillle y su sobrenatural olfato reconoció de inmediato el Istoraque, una especie vegetal usada en medicina y perfumería, la misma que inspiró el nombre del área natural única Los Estoraques, una joya solitaria del paisaje provincial del Catatumbo”.
Cuando pensamos en escapar hacia paisajes inspiradores y mágicos solemos volar a lugares lejanos, en la búsqueda de sitios que contristen, emocionen y nos recarguen. Colombia es un país que tiene el privilegio de contar con lugares únicos en el mundo, que parecieran salidos de películas medievales. Uno de ellos es la majestuosa área natural Los Estoraques: 640 Hectáreas de enormes formaciones rocosas de más de 4000 millones de años conformadas por granito y arcilla, esculpidas por el agua, la erosión y el viento.
Los Estoraques está ubicado al pie de La Playa de Belén, un pueblo de casitas coloniales vestidas de blanco y calles empedradas localizado a tan solo 30 minutos de Ocaña, en Norte de Santander, declarado Bien de interés cultural de carácter Nacional en 2005;.
El lugar es pequeño para ser un parque natural nacional, se recorre en unas tres horas a lo sumo, sus columnas de hasta 40 metros de altura generan una espacialidad confortante y soberana. Sus cuevas, laberintos y basta vegetación logran conectarte con los más puro. El silencio, los perfectos 21°C promedio y la imponente vista reafirman porqué este lugar, que parece escondido entre la extensa sabana geológica de El Algodonal, es el favorito de turistas nacionales y extranjeros.
Se dice que son varios los episodios que dieron origen a estas formaciones: en un principio el lugar era una gran meseta cubierta por hielo y tras el pasar del tiempo el deshielo arrastró material sedimentario; posteriormente un gran incendio ocasionado por la resina que brota de la savia del estoraque sumada a las altas corrientes de viento que chocaban contra este suelo arcilloso rico en nitrógeno, fueron esculpiendo cada piedra. Las partes oscuras en las copas de las piedras son oxidaciones de hierro y magnesio y las partes naranjas oxidaciones de cobre. En el lugar se encuentran más de 73 especies de aves, 36 especies de orquídeas (entre ellas la Orquídea Real), un reptil endémico de cabeza semejante a la de un dinosaurio, una serpiente llamada La Bejuca que es popular por saltar de un árbol a otro y diferentes fuentes hídricas como La quebrada de la vaca, Ciudad Perdida, y Quebrada de la Honda que surte al pueblo. En el lugar también existen especies vegetales usadas como aceites en medicina y perfumería como el Arrayán Guayabo o el Resbalamonos aunque lamentablemente el estoraque que fue la inspiración original del lugar ya no conviva con estos debido a su uso desmedido.
Mientras se camina por el lugar curiosos letreros invitan a ver las figuras que el agua y el viento esculpieron en las rocas, así como cuando se jugaba de niño a ver siluetas en las nubes. Si bien algunas como “la ardilla “o “el indio” son bastante apreciables, otras requieren de mayor imaginación.
Se realizan caminatas con guías de la zona por las diferentes cuevas como el Paso de las Ánimas, el Camino de la Virgen, La Chorrera y la siempre curiosa Cueva de la Gringa, bautizada así en honor Louise Reed una ingeniera forestal contratada por el INDERENA que investigó estas formaciones geomorfológicas viviendo en la cueva entre 1972 y 1974 tratando de recoger toda la información de este fenómeno natural.
En su sabia evolución la naturaleza se transforma en un constante ciclo de vida y muerte, recordándonos que debemos apreciar y valorar lugares extraordinarios como este, que probablemente en un futuro desaparezca por la inconsciencia y la ambiciión del ser humano.
Texto: Paola Lobo ©
Imágenes: Marcela Vega ©