Entre lechos y laderas de río, farallones, pendientes fuertes, relieves entrecortados, se descubre un valle extenso de formaciones geológicas caprichosas, cárcavas y obeliscos naturales que son parte del paisaje de la ciudad de La Paz. Este sitio denominado Valle de las Ánimas contiene formaciones geológicas que se asemejan a gigantescas agujas y puntiagudas atalayas de castillos de 30 a 70 mts. de altura. La meseta y la Laguna de las Animas forman parte de este paisaje que brindan una vista excepcional del Illimani y de los demás otros nevados de la Cordillera; un sitio que desafía a la naturaleza, por la morfología presente moldeada a causa de factores naturales.
El Valle de las Animas, es un paisaje periurbano que colinda con los municipios de La Paz y Palca del departamento de La Paz - Bolivia, a una altura de 3.800 msnm, en el cual se asentaron importantes culturas andinas agrarias y pastoriles, que desde siempre estuvo habitado[1].
El nombre original del sitio es Wallatanipampa, que tiene como significado “Pampa o llanura de Wallatas”[2]. Este apelativo muestra sus características rituales: “Wallatanipampa, una elevada meseta pericordillerana al este del Valle, que incluye sitios rituales en la parte mas alta (Altar Khala o Altar de piedra, 5.000 msnm.), y que presenta continuidad con el abra de Alto Animas, un sitio sagrado muy venerado en la religión Aymara”[3].
El Valle de las Ánimas es un remanente o relicto, un ecosistema natural con gran biodiversidad, en el que aún predominan los paisajes sonoros. Su geomorfología responde a los procesos fluviales que formaron un valle profundo, gravitacionales originados por deslizamientos, flujos de barro y derrumbes, que muestra de la inestabilidad del suelo en el sector. Inicialmente este territorio era percibido como un paraíso paisajístico natural, con formaciones que respondían a las condiciones geomorfológicas y ambientales, el cual a través de la conformación de los asentamientos humanos y las actividades agrarias en el sector, empezó un proceso de transformación, evolución y dinamismo. A pesar de su constante proceso de transformación, a través de los años la percepción de los visitantes y turistas sobre este lugar no cambió, por la existencia de un vínculo afectivo que hace de éste un ambiente especial, con una gran calidad escénica y composición, generando un estímulo agradable al visitante e incluso afectiva[4].
La topografía del Valle de La Paz no permite muchas opciones espaciales para una posible expansión horizontal relativamente fácil, por lo que se profundizó la tendencia a la verticalización[5]. Con este tipo de asentamiento se fue modificando y alterando el paisaje del valle, una de las áreas Wallatanipampa hoy Valle de las Ánimas, que a finales del siglo XX, empezó a modificarse a causa de la expansión de la mancha urbana por el loteo y construcciones urbanas, así como por la acumulación de basura[6].
Hoy en día el Valle presenta un notable impacto sobre el medio ambiente y sus ecosistemas naturales, los cuales se han tornaron adversos, degradados y contaminados, debido a la explotación de recursos, en un lugar en donde los valores naturales y culturales del paisaje están siendo reemplazados por estructuras modernas diferentes a la cultura local[7].
Autora: Ana Patricia Huanca Paco
Fotografías: Mauricio Aguilar
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